tag:blogger.com,1999:blog-16424086618633644492024-03-14T02:07:08.354-07:00Cosas de la vidaSe trata de cosas que nos pasan a todos, a ti, a mí, a la tía Elsa y al kioskero de la esquina. Cosas que nos mueven y conmueven. Cosas que nos divierten, enojan, apasionan, emocionan. Cosas simples, de todos los días... Cosas de la vida. ¡Que lo disfrutes!Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-88160072862938591752014-08-08T11:22:00.002-07:002014-08-18T12:55:32.023-07:00Los maestros que me construyeron<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Soy una convencida de que cada persona
que pasa por nuestra vida, viene a enseñarnos algo. En forma de amigo, de familiar,
de profesor, de jefe, y hasta de extraño, los maestros aparecen sin que ni tú
ni ellos mismos sepan que lo son. Lo impresionante es que con el correr de los
años puedes entender el valor de sus enseñanzas y el porqué de su paso por tu
vida. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">En efecto, en mis cuatro décadas y media
de existencia, he atesorado enseñanzas de personas que me ayudaron a construir
a la mujer que hoy les escribe. Aquí, un breve resumen de algunos de mis
grandes maestros de vida. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>De mis padres aprendí la generosidad:</b>
dar a manos llenas, hacer feliz al otro con un gesto, con un cumplido, con una
palabra de aliento, con un regalo por más diminuto que sea. Los recuerdo a
ambos en sus épocas de bonanza, la generosidad hecha persona con amigos,
familiares y compañeros de trabajo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>compartiéndolo
todo y disfrutando del placer de dar. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>De mis abuelos, aprendí la honestidad</b>,
y la tranquilidad que deviene de caminar con la frente alta vayas donde vayas.
Desde chica me enorgullecía oír hablar de <b>Don Giaco Balansino</b> o de <b>Don Ángel
Genero</b>… Estaban muy lejos de ser ricos y poderosos, pero ambos eran palabra
mayor en sus respectivos pueblos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>El amor por las letras me llegó desde
niña</b>, y buena parte de esto se lo debo a mi maestra de Lengua, <b>Gloria Cassaroli</b>,
y más tarde a mi profesora de Castellano, <b>Alicia Carroza</b>. Ambas sembraron en mí
la semillita literaria y me animaron a crear, a imaginar, a respetar a nuestro hermoso
idioma español. Más tarde, la entrañable <b>Mimi Belt</b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me enseñó a plantear una atmósfera bella para
situar una historia, y a construir personajes sólidos y multidimensionales como
pilares para una excelente narración literaria. De mi amiga <b>Anjanette Delgado</b>,
adopté la disciplina a la hora de escribir, la importancia de una buena
investigación que sustente el relato, y cómo plasmar una historia valiéndote de
pegatinas en la pared. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- Cuando me asomaba al mundo adulto, en
mis tempranos 20, de mi amigo <b>Dany Durand aprendí a perseguir mis sueños</b>, a
trazarme metas claras<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y no parar hasta
alcanzarlas, y a arriesgarme por lo que creía. Dany me enseñó a pensar como
emprendedora, y a ser una mujer de recursos, independiente. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sus frases inolvidables: “El mundo es de los
audaces” y “Hay que estar preparado para la oportunidad: la oportunidad se
presenta por accidente; el estar preparado no”.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>Mi amigo Ale Cativelli sostenía que la
primera impresión es lo que cuenta</b>, y lo reflejaba en una de sus máximas, que me
acompaña hasta hoy: “Una segunda oportunidad jamás podrá suplir a una brillante
primera impresión”. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>Elisa Botti</b> fue una mujer que admiré
desde mi adolescencia, y que en ese entonces <b>me mostró cómo ser una “modelo de mujer”.</b>
Aprendí a quererme y a caminar sobre los tacones altos, reafirmando no solo mis
pasos, sino también mi personalidad. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después
de 25 años nos volvimos a encontrar, las dos en un plano mucho más elevado, y
en circunstancias muy diferentes. Esta vez, mi gran maestra me enseñó a
conectarme con el placer, a rechazar el rol de víctima, a reencontrarme con mi
lado femenino, y a perdonarme más. También, a entender que <b>todo en la vida es
acerca de interpretaciones.</b> Aquí una de sus afirmaciones: “las cosas son como son,
y no como tú las interpretas”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>Como toda alma creativa, las finanzas
nunca fueron mi punto fuerte</b>. Pero allí apareció el amor de mi vida, <b>Juan
Mezzini,</b> de quien aprendí cómo negociar un contrato, cómo exigir por mi trabajo
lo que realmente vale, y cómo crear y analizar un presupuesto basado en
realidades numéricas, con miras a un negocio más rentable. Y como buen
contador,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me hizo entender la
importancia de tener “todos los papeles en regla” y las finanzas bajo control.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>De los pocos jefes que tuve, pude
aprender cantidad</b>, aunque no todos los aprendizajes me resultaran agradables en aquel entonces. <b>Sergio
Roitberg</b> y <b>María Pis Dudot</b> me enseñaron a moverme en el complejo mundo
corporativo americano, y <b>Valeria Sessa </b>a ser extremadamente rigurosa a la hora
de redactar una pieza periodística.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De
María: “Para el cliente, todo debe ser smooth”. De Valeria, cuestionando una
afirmación sin atribuir en un texto: “¿Y esto quién lo dice?” y “No
editorialices”. Hoy las aplico en todo momento en mi tarea de puntillosa editora
de contenido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><b>Peter Blacker, Álvaro Moncada y Borja Pérez
me revelaron los secretos de la nueva era digital,</b> cómo comunicar en los nuevos
medios y cómo estar un paso adelante en esta vertiginosa industria online. Una
frase de Borja que siempre me acompaña: “Hoy en día, el periodista que no se
vuelva digital, que piense en retirarse”.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">- <b>Mi suegra, mi adorada Negrita, me dio a
entender que para todo hay una edad</b>. En sus cánones de sobria elegancia, una
falda muy corta, un color de pelo osado o unos tacones desmesurados cuando ya
no tienes 20, hacían aflorar toda su ironía en frases colosales, lapidarias,
pero terriblemente ciertas: “si hay algo de lo que nuca se regresa es de la
muerte y del ridículo”, y “lo poco agrada, lo mucho enfada”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">A todos ellos, y a muchos otros que no
aparecen aquí, gracias por tanta sabiduría, por ayudarme a crear a esta Vero
que busca ser un poco más iluminada, un poco más generosa y mucho, pero mucho
más feliz cada día. </span></div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-73347656857394506562013-09-27T14:59:00.004-07:002013-09-27T15:09:41.980-07:00Tía… ¡ ya no me gusta Gaturro!<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Al no haber tenido hijos propios, mis
sobrinos son como si lo fueran, y ese amor irracional, gigante como el mundo,
inexplicable, va enterito para ellos dos. Desde que nació Paula hace casi 13
años, me siento conectada a ella a través de una energía invisible que
trasciende las palabras. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-clmTDiwgiW0/UkX9FHZ9JQI/AAAAAAAAAEw/zw320fR2rqk/s1600/Img_4272.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://4.bp.blogspot.com/-clmTDiwgiW0/UkX9FHZ9JQI/AAAAAAAAAEw/zw320fR2rqk/s400/Img_4272.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Puedo decir que he vivido de cerca todos y cada uno de
sus grandes momentos, a pesar de la distancia que nos separa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sus primeras palabras balbuceadas, las
canciones del jardín, su primer viaje en avión (nunca me voy a olvidar el
tamaño de sus ojos, mirando por la ventanilla mientras despegábamos), su faceta
de bailarina clásica cuando tendría cuatro o cinco años, sus logros como
nadadora, que me siguen inflando el ego con cada competencia que gana, y ahora,
cultivando su amor por la palabra escrita, al igual que yo cuando tenía su edad.
</span></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Paula es mi chiquitina, desde que era una
bebé preciosa, naricita de poroto (de allí que para mí siempre será mi Porota),
mofletes de sol y tibio cuerpecito; hasta hoy, que calza 39, se pinta las uñas
con los esmaltes de mi mamá, y pronto me llevará media cabeza. </span><br />
<br />
<span lang="ES-TRAD">Por eso, regalarle
las cosas que le encantan y malcriarla todo lo que se me dé la gana es uno de
mis mayores placeres cada vez que voy a visitarla. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Lo que más disfruté? La época en que Paula quería
ser una Barbie Princesa de Disney. No sólo por el orgullo de verla tan hermosa
en esos vestidos llenos de tules y de brillos, sino porque a quién de nosotras
no nos gustaría ser un poco Aurora, Cenicienta o Blancanieves, o una Barbie
Girl. ¡Qué maravilla entrar a una juguetería y perderse en ese universo de
muñecas perfectas!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-400yZ5RExnk/UkX9f79I0TI/AAAAAAAAAE4/R7FzypFX-tk/s1600/Img_3522.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://2.bp.blogspot.com/-400yZ5RExnk/UkX9f79I0TI/AAAAAAAAAE4/R7FzypFX-tk/s400/Img_3522.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Pero la época de Barbie y de las princesas
pasó, y cuando Porota declaró abiertamente que “los vestidos de princesa y las
Barbies son un horror”, confieso que el corazón se me encogió. No sólo porque me
encantaba sino por una realidad que no terminaba de aceptar: mi bebé nariz de
poroto estaba creciendo. Así fue como el color rosa dejó de ser su favorito y
en lugar de él, de un día para el otro, lo máximo era el fucsia y (auxilio) ¡el
negro!</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-BUIfaP2a8uY/UkX_a35uOHI/AAAAAAAAAFM/chSSIQ18MhE/s1600/IMG_0446.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://4.bp.blogspot.com/-BUIfaP2a8uY/UkX_a35uOHI/AAAAAAAAAFM/chSSIQ18MhE/s400/IMG_0446.JPG" width="300" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Por suerte los peluches seguían siendo su
gran amor, y compartían su predilección con Hannah Montana, los Jonas Brothers
y Selena Gómez. Y por supuesto, con Gaturro, cuyos libros, revistas y stickers
atiborraban su cuarto, la casa de ella y la de mi mamá, el auto de sus padres y
el de su abuelo, y hasta una de mis cámaras de fotos, decorada por años con un
Gaturro pegado por ella, que despertaba la curiosidad de todo el mundo y la
frustración de mi marido. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span lang="ES-TRAD">El tiempo fue pasando y vino Fergie y los
Black Eye Pees, y más tarde, su devoción por la lectura de cuanto libro cayera
en sus manos. </span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-azBH2-vs370/UkX_lfCsEAI/AAAAAAAAAFU/mZ2aqSSxEX8/s1600/IMG_0657.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://2.bp.blogspot.com/-azBH2-vs370/UkX_lfCsEAI/AAAAAAAAAFU/mZ2aqSSxEX8/s400/IMG_0657.JPG" width="400" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD"> </span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Fue así que ayer me llegó por email una
oferta de Amazon, con una edición exclusiva para Kindle de libros de Gaturro.
Yo, sonrisa de oreja a oreja, con la candidez de quien no se da cuenta cuánto
tiempo pasó, inmediatamente pensé en Porota. Le escribí un email preguntándole
cuáles quería, para comprárselos y mandárselos al Kindle de su mamá. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Cuando a la tarde veo su nombre en mi
inbox, mi corazón latía de la emoción, pensando que me encontraría con los títulos
de los libros, y unas palabras teñidas de su alegría. Pero el contenido del
email me shockeó: “Gracias tía, ya los leí. Además, <i>ya no me gusta Gaturro</i>”. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Me shockeó porque en esas pocas palabras,
comprendí que, con Gaturro olvidado y relegado al baúl de “los grandes
bochornos del pasado de toda adolescente cool”, mi chiquitina había dejado de
ser, definitivamente, esa bebé mofletes de sol y nariz de poroto, para pasar a
ser una bella, bellísima mujercita, a la que nunca dejaré de amar y de sentir, al
igual que a su hermanito Enzo, como los hijos que nunca tendré. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-w5_y9ivH8G4/UkYB_58-B9I/AAAAAAAAAFg/UR-mHC2AwZw/s1600/149044_10200961644828424_341099941_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="http://4.bp.blogspot.com/-w5_y9ivH8G4/UkYB_58-B9I/AAAAAAAAAFg/UR-mHC2AwZw/s400/149044_10200961644828424_341099941_n.jpg" width="400" /></a></div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-27164561144692631802012-11-30T15:41:00.001-08:002014-04-07T05:53:30.446-07:00Un respiro para el almaRegreso a este espacio después de mucho tiempo para compartir una breve reflexión en torno a un hecho que hoy está en boca de todos, y del que todos los medios están hablando. Hace un par de semanas, un joven policía vio desde su patrulla que un mendigo tiritaba de frío con sus pies desnudos en una noche neoyorkina y, conmovido, le fue a comprar unas botas para que se abrigue. <br />
<br />
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<br />
El hecho se hizo público gracias a una mujer que captó el momento, y la foto se volvió viral en los medios digitales y redes sociales.<br />
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
Pero más allá del hecho que ya todos conocen, estas son mis conclusiones:<br />
<br />
Primero, se me llena el alma de tibieza ver noticias como estas. Que nos sintamos conmovidos revela que todavía nos queda un poco de sensibilidad, un poco de compasión, de buenas intenciones. Cuando veo las noticias por la noche, el asesinato brutal de una anciana, un padre que mató a su hija y a su esposa, una pandilla que entró a robar en un local y golpeó a los dueños... no puedo evitar pensar en cuán perdidos que estamos, cuestionarme a dónde vamos, por qué, hasta cuándo, hasta dónde llega la maldad humana...<br />
<br />
Pero noticias como la de hoy me devuelven la esperanza. No sólo porque hay medios de comunicación dispuestos a difundir este tipo de historias, sino porque me dan un respiro, me alientan a seguir, pensando que todavía hay almas capaces de compadecerse, de contribuir con un pequeño grano de arena para que este mundo sea un poquito mejor, que el amor es grande y sigue existiendo, y todavía sobrevive al egoísmo, al odio y a la barbarie. <br />
<br />
Y por último, si todos y cada uno de nosotros sintiera y obrara con el amor de este chico policía.. ¿se imaginan qué poderosa, qué infalible, invencible y grande sería la humanidad? Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-2290180966739294552011-01-04T12:06:00.001-08:002014-04-07T05:53:41.004-07:00Hoy empiezas un cuaderno nuevoLa sensación de iniciar el año es esa misma que tenía cuando era chiquita al comenzar un cuaderno nuevo en el colegio. "En este cuaderno trataré de ser más prolija y hacer mejor letra, voy a cuidar que no se manche, voy a subrayar los títulos en verde en lugar de rojo". Es esa sensación de estreno, la oportunidad de mejorar, o el famoso <i>fresh start </i>de los americanos.<br />
<br />
Tener ante mí un 2011 en blanco para llenarlo a mi antojo es a la vez emocionante y desafiante. Sobre todo, porque me he propuesto subir un escaloncito más en todas las áreas de mi vida, en lo profesional, en lo intelectual, en lo familiar... Pero por sobre todas las cosas, en lo espiritual. <br />
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
Quiero que quien levante la copa para despedir el año en diciembre sea mejor persona que quien escribe estas líneas en enero. Quiero que sea mucho más sabia, más agradecida, más paciente, más compasiva, más generosa. Quiero que sepa apreciar aún más todo lo bueno que la vida le pone adelante todos los días. Sin esto, es imposible subir ningún otro escalón.<br />
<br />
Así, voy a tratar de escribir mi cuaderno con mucho cuidado, con letra impecable, tratando de que cada pensamiento y cada acción apunte a construir; ahuyentando lo negativo con actitudes positivas y lo oscuro con pensamientos llenos de luz. <br />
<br />
Te deseo un 2011 a todo vapor. Y que al cerrar en diciembre el cuaderno que hoy empiezas a escribir, veas con satisfacción que está lleno de tareas bien concluidas y de "Muy Bien Felicitaciones" de la maestra. Porque esa será la prueba de todos y cada uno de tus éxitos.Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-81970765435938890132010-11-29T14:59:00.001-08:002014-04-07T05:53:52.653-07:00Cada vez que la vida te acaricia<div style="text-align: justify;">
"Hay que disfrutar cada caricia que nos da la vida", me escribió mi amiga Gloria en un post de Facebook. Y no sólo me emocionó la frase, sino la simpleza, la sabiduría y belleza de su significado. Y aunque lo que quiero expresar suene a retórica trillada, poco original y hasta cursi, creo que vale la pena una breve reflexión. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La vida nos acaricia en muchas más oportunidades de las que podemos darnos cuenta, y lo hace a diario. Sólo que a veces estamos tan concentrados en otras cosas, que sus mimos nos pasan desapercibidos, como quien deja de oír el sonido de la lluvia después de un rato, por ejemplo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Hacemos una lista de algunos de estos momentos? Una caricia por la mañana, cuando abrimos los ojos y encontramos un día cero kilómetro, para estrenar como se nos dé la gana, y una más cuando al final de la jornada el atardecer es un derroche de belleza que no nos cabe en a retina. Otra cuando abrazamos a nuestros seres queridos, cuando nos sentamos en torno a una mesa servida con calor de hogar, cuando el agua de la ducha nos corre tibia por la espalda, cuando trabajamos, porque el trabajo nos engrandece. Otro mimo cuando tenemos la posibilidad de contribuir a la construcción de un mundo mejor, aunque sea un gesto ínfimo, pero has podido dejar una huella. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y mi lista sigue. La vida me acaricia con cada carcajada a viva voz, con una charla con mis padres casi diaria y a la distancia, a quienes puedo ver sanos y felices gracias a la tecnología, al igual que mi hermano y mis sobrinos. La vida me sigue mimando desde hace nueve años con el amor y el compañerismo del hombre maravilloso que se despierta a mi lado y comparte mis días, y con el apoyo incondicional de mis amigos, los nuevos y los de entonces. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y aunque nos cueste verlo de este modo, la vida también nos acaricia cuando una circunstancia desafortunada nos ofrece la posibilidad de aprender una lección, de formar el carácter, de volvernos un mejor ser humano, de evolucionar. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La vida me mima, la vida nos mima. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde este momento me propongo a mí misma prestar más atención a las innumerables caricias de la vida. Y recordar las palabras de Gloria cada vez que me queje por cosas que no puedo controlar, o que refunfuñe por puro deporte, o que me enoje y maldiga a los cuatro vientos... ¿Cómo me sentiría yo, o tú, o cualquier persona si alguien a quien estamos prodigando amor nos responde con un grito malhumorado?</div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-43509978716589295962010-10-28T19:47:00.000-07:002014-04-07T05:54:08.793-07:00Una copa de vino con Fabiola<div style="text-align: justify;">
Un martes cada quince días, Fabiola viene a casa y, con sus manos mágicas, deja cada cuarto reluciente, con olorcito delicioso, parece como si limpiara hasta el mismísimo aire, dejándolo fresco, límpido y transparente. Ella levanta sillas, enrolla tapetes, plumerea muebles, sacude almohadones y aspira pisos, mientras su presencia bonachona, dicharachera y alegre le pone sonido a mis concentradas tardes frente a la computadora.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tiene un semblante de madraza protectora que, estando tan lejos de mi propia mamá y en un país donde una tiene que ser 100% autosuficiente, me hace sentir consentida, escuchada, querida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fabiola me cuenta historias de su Colombia natal, de su llegada a este país, de sus hijos, de su lucha cotidiana que ella vive día a día como una gran bendición, de su trabajo que disfruta de cabo a rabo, con energía, exudando felicidad y agradecimiento por lo que la vida le puso por delante. A su paso y entre baldes, escobas y olor a Pinoluz, Fabiola me llena de ondas positivas y de amor por la vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El martes pasado, ya bien entrada la noche, Fabiola y yo terminábamos nuestro día, cada una en lo suyo. Ella, dando los toques finales al familiy room; yo, apagando la computadora y poniéndome a cocinar una salsita filetto. Descorché un Cabernet de Chile, preparé unos <i>apetizers</i> y la invité con una copa, mientras la salsa barbullaba en la hornalla y las berenjenas comenzaban a hornearse. Hablábamos de viajes, de recetas de cocina, de nuestro fanatismo por el orden y la limpieza, nos reíamos a carcajadas de una de sus historias bizarras, cierto ingeniero de Brooklyn que construyó unos puentes impresionantes estando totalmente borracho...</div>
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<br /></div>
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Esa noche, disfruté mucho de mi copita de vino con Fabiola, me encantó convidarla con mi ensalada capresse y verla probar mis berenjenas y mi salsa filetto. Fue un momento espontáneo, descontracturado, que ambas nos regalamos, bebiéndonos con cada sorbito de Cabernet la risa, la felicidad de habernos encontrado en el camino y el agradecimiento por poder compartir todo aquello.</div>
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¿Acaso la vida está hecha de otra cosa que no sea de instantes como este? Simples, cotidianos, con calor de hornalla, charla de la buena y sentimientos que afloran de lo profundo del corazón. </div>
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Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-55303484836436254432010-10-13T11:17:00.000-07:002014-04-07T05:54:25.580-07:00Una muestra gratis de lo que sería un mundo ideal<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR">Los medios de comunicación siguen de cerca el rescate de los mineros en Chile y no hay persona, por más insensible que sea, que no se conmueva ante las imágenes de esa gente desconocida, que nos ha tenido con el alma en vilo durante todas estas semanas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR">Mucho se ha dicho y escrito sobre el momento del rescate, sobre los esfuerzos del gobierno de Chile y la colaboración internacional, la persistencia de los familiares, la maravilla tecnológica... Pero lo que quiero rescatar en este breve post es el reflejo casi milagroso que ha tenido este suceso. Hoy el mundo entero está en pausa. Nos hemos olvidado por un día los problemas políticos, la violencia, la inseguridad, la economía; para emocionarnos con cada abrazo, para elevar plegarias para que el operativo sea un éxito, para bendecir y agradecer a Dios por cada minero que aflora a la superficie.</span></div>
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<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR">En un mundo en que las noticias son cada vez más frustrantes, escuchar a un presidente Piñera dando un discurso que no era otra cosa que buenas nuevas, pura sonrisa, optimismo y agradecimiento, ver titulares como "Milagro en Chile", "Rescate milagroso", "Operación de rescate todo un éxito" es mucho más de lo que podemos soñar. Y, sin duda, una muestra gratis de lo que podría ser el mundo si todos y cada uno cambiáramos de frecuencia. Así de fácil, como quien cambia de canal en la TV, pasar del egoísmo, el odio, el resentimiento y la envidia a la generosidad, la compasión, el amor, la solidaridad y el agradecimiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR">Todavía falta rescatar algunos mineros, pero el fenómeno ya se produjo. Hoy cada ser humano está emitiendo una frecuencia de amor... ¡Qué poderosa debe ser que, por un día, fue capaz de transformar este mundo en un universo ideal! </span></div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-15541762932970112332010-09-17T10:32:00.000-07:002014-04-07T05:54:36.553-07:00¿Modelos de mujeres o mujeres modelos?El tema viene dándome vueltas desde hace varios días, después de ver un programa periodístico argentino, que denunciaba la existencia de dos websites que promueven la bulimia y la anorexia como estilo de vida, y no como lo que en realidad es: una enfermedad gravísima que puede tener consecuencias trágicas.<br />
<br />
Los sitios en cuestión son una especie de plataforma social en donde adolescentes argentinas suben sus blogs, sus fotos y sus comentarios y comparten consejos en foros comunitarios. Títulos como "técnicas para vomitar", "cómo hacer para que tus padres no se den cuenta" o "cómo aguantar el hambre" están al alcance de los jóvenes a sólo un clic, como si se tratase de un sitio para intercambiar tips de moda o recetas de cocina. <br />
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
Ponerme a enumerar y especular sobre los posibles culpables de esta realidad pavorosa no sólo me da mucha pereza, sino que me tomaría varias hojas y no llegaría a ninguna conclusión. Los medios, los padres, las instituciones que no regulan la existencia de este tipo de publicaciones, la industria de la moda, los colegios, la sociedad... ¡Tarea inútil!<br />
<br />
Más bien me lleva a reflexionar sobre el "modelo de mujer" que estamos promoviendo, que no necesariamente quiere decir "mujer modelo", aunque ambos conceptos parezcan significar lo mismo.<br />
<br />
Una "mujer modelo" es una mujer con determinadas características físicas que le permiten ganarse la vida haciendo la veces de maniquí de carne y hueso; de la misma manera que un hombre con determinados pies de altura puede ganarse la vida jugando al básquetbol. <br />
<br />
Desde mi humilde punto de vista, un "modelo de mujer" no tiene nada que ver con lo físico, ni con las pasarelas, los flashes, el glamour y la talla de ropa en la que entres. Más bien todo lo contrario. La condición de modelo de mujer viene al revés: desde adentro hacia afuera. <br />
<br />
¿Qué te da la condición de modelo de mujer? El tipo de vida que hayas escogido para ti y para tus seres queridos, tus valores, la huella que dejes en este mundo, ya sea proyectándote a través de tu prole, canalizando tus expresiones artísticas como un legado para la humanidad, usando tus palabras para esparcir "buena leche" adonde vayas, con mensajes que impacten positivamente en la vida de los demás. <br />
<br />
Un modelo de mujer cuida con amor su cuerpo, concibiéndolo como el templo en el que habita. Un modelo de mujer se respeta y se hace respetar, se planta ante la vida, lucha por lo que quiere, aprende de las caídas, se levanta, se sacude el polvo y sigue caminando.<br />
<br />
Uno de mis propósitos de vida es comunicar, y usar mi palabra para hacer de este un mundo mejor. Por eso invito a quien me lea a hacer de nuestras jóvenes más y más modelos de mujeres, que crezcan íntegras, saludables por dentro y por fuera y, por sobre todas las cosas, sabiendo que la verdadera felicidad está en la belleza que reside dentro de cada una de nosotras.Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-88725359574323602222010-08-31T15:30:00.001-07:002014-04-07T05:54:49.206-07:00Hoy rodeada de amor<div class="MsoNormal">
<br />
<span lang="ES-AR">"Hoy rodeada de amor, seis añitos cumplís...". Era una versión del feliz cumpleaños, que la señorita María Haydé nos había enseñado en preescolar y que nosotros repetíamos como cotorras cada vez que uno de los niños apagaba las velitas. Ahora, después de treinta y tantos años, aprendí a entender y a valorar en toda su extensión el significado de esas tres primeras palabras.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR"><br />
Desde hace una década, pasar un cumpleaños con todos mis afectos juntos era para mí un sueño muy ambicioso y con muy pocas posibilidades de realizarse. Mi esposo y mis hijastros en Miami; mis padres, hermano y sobrinos en Asunción; mis amigos, abuela, tíos, primos en Argentina... </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
<span lang="ES-AR">Y así se fueron sucediendo mis cumpleaños, que celebrábamos en algún restaurante de Miami con mis esposo e hijastros, o con una escapada romántica a Bahamas, o en Asunción con mi familia materna o, como el año pasado, que vino mi hermano de sorpresa y celebramos en un restaurante con mi marido y los niños. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR"><br />
Pero nunca más un familión, una mesa larga como cuando éramos chicos, en la que todos hablaban al mismo tiempo, y una tía traía un postre, el abuelo preparaba el asado, la otra tía traía las ensaladas, mamá se encargaba de la torta y una legión de primos se rencontraba, correteando y jugando en la vereda hasta quedarnos sin aliento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR"><br />
Si algo aprendí en este último tiempo es que cuando uno desea algo con todo su ser y motivada por amor, la vida te lo pone en bandeja, frente a tus propios ojos y cuando menos te lo esperas.</span><br />
<span lang="ES-AR"><br />
La semana pasada, recibí para mi cumpleaños un regalo divino. Pasar ese día "rodeada de amor", como decía la canción del preescolar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-AR"><br />
Un viaje a Asunción para visitar a mi familia que justo coincidió con mi cumpleaños. "Pero no vas a estar vos", le dije a mi esposo. Y luego, los ajustes estratégicos que permitieron que él pudiera llegar a Asunción justo ese día. Y sin esperarlo, mi hermano dándome la sorpresa de mi vida, trayendo desde Rosario a Flor, mi mejor amiga, y a mi prima Muni, a quienes hacía doce y diez años respectivamente que no veía.</span><br />
<span lang="ES-AR"><br />
Faltaron los tíos y la abuela, faltaron algunos primos y amigos, faltaron mis hijastros; pero la mesa era igual de larga. Y la emoción, mucho más poderosa. Apagar las velitas sobre la torta hecha por mamá, con un sobrino en cada rodilla; mi esposo apretándome la mano y mis padres, hermano, prima, cuñados y amigos de toda la vida cantándome el feliz cumpleaños en español y en guaraní, fue mucho más de lo que podía pedirle a la vida.</span></div>
<span lang="ES-AR"><br />
Un cumpleaños "rodeada de amor", como pregonaba aquella vieja canción del preescolar, que grabó en mi retina y en mi corazón un sinfín de momentos inolvidables, y me demostró una vez más que, tarde o temprano, los deseos de quienes sueñan desde el alma se hacen realidad. </span>Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-7708462882604872372010-07-23T12:48:00.001-07:002014-04-07T05:55:08.052-07:00Un cuento para mamá<div style="text-align: justify;">
“Para Gris, por creer en mí desde el momento en que todo comenzó”, rezaba la dedicatoria en la primera página del libro.<br />
<br />
Mientras cerraba el horno en el que acababa de dejar un flan de vainilla, Gris escuchó los pasos de Verónica. Se dio vuelta y la vio venir a los saltitos. El cabello recogido en dos colitas alrededor de una cara de manzana y unos ojos por los que se le escapaba la excitación. <br />
-Mirá, mami, mirá lo que escribí.<br />
Desdobló la hoja de papel y su voz de nueve años empezó a desovillar una historia:<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
-Me desperté temblando. Había soñado que el colegio era un jardín enorme en el que Daniela y yo…<br />
Cuando terminó, Gris la abrazó fuerte, movida por el orgullo de mamá. Verónica se pasaba horas en su habitación escribiendo hojas que después le leía solemnemente. Gris ya se había acostumbrado a cocinar, planchar ropa, acomodar la casa, con los cuentos de Verónica como musiquita de fondo.<br />
-La señorita Gloria me dijo que puedo ganar el concurso de cuentos de la provincia-, contaba entusiasmada-. ¿Vos qué pensás, ma?<br />
-No me cabe duda que vas a ganar-, le contestó, convencida de que así sería.<br />
-¿Sabés una cosa? Cuando yo sea grande voy a ser escritora. Y voy a escribir libros. Muchos libros. Y voy a firmar autógrafos. Y la gente se va a emocionar con mis historias… ¿Y sabés qué?<br />
-¿Qué, mi amor?- preguntó Gris, maravillada ante su determinación, demasiado adulta para una niñita de su edad.<br />
-Que mi primer libro va a estar dedicado a vos. Y vos vas a ser la mamá más orgullosa de Argentina, de América, del Planeta Tierra, del Universo…<br />
Verónica ganó el concurso de la provincia, y el de la biblioteca popular, y el de la Municipalidad y mucho más tarde el de colegios secundarios… Año a año, Gris seguía encontrando la puerta de la habitación cerrada tras una Verónica que deambulaba por fantásticos mundos imaginarios. Una puerta que, cada vez que se abría, le abría a Gris una nueva historia y una nueva promesa: “Te voy a dedicar el primer libro que publique”.<br />
Y Gris le creía, porque como toda madre, creía en el talento de su hija, pero más que nada, creía en su pasión.<br />
<br />
<br />
Era septiembre luciendo como un muchachito atildado una de sus mejores noches. El aire liviano, la temperatura, la brisa, recreaban un clima onírico, casi sobrenatural, en los jardines de la Casa de la Cultura de Paraguay. Uno de los escritores terminó de presentar mi libro a una concurrencia silenciosa, por la que se esparcía una magia serena. Mi sueño, mi regalo a mí misma a poco de cumplir 30 años. Era también un gran logro. Me puse de pie y fui hacia el atril. Hablé con una pasión visceral, durante 10 minutos, sin siquiera escuchar lo que decía, porque la que se expresaba era mi alma. Yo sólo sentía cómo mis palabras calaban en ese público hipnotizado.<br />
Y de repente, encontré esos ojos. Los de siempre. Los mismos que me miraban leer mis historias en la cocina de mi pueblo en Argentina, tantos años atrás. Los que se emocionaban con cada concurso que ganaba, los que me animaban, llenos de fe, llenos de aliento, a correr detrás de mi sueño. <br />
Entonces, después de unos pocos agradecimientos, concluí:<br />
-Y finalmente quiero contarles que esta noche tiene un origen. Se remonta a más de 20 años atrás, el día que le dije a Gris, esa maravillosa mujer que es mi mamá: “Cuando sea grande, voy a escribir un libro, lo voy a publicar y te lo voy a dedicar a vos”.<br />
Tomé un ejemplar, y con la misma mirada cómplice de mi niñez, agregué:<br />
-Acá está, mami. Es para vos.</div>
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<br /></div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-38439257245772814772010-06-18T14:57:00.000-07:002014-04-07T05:55:22.759-07:00Aspirina para el alma<div style="text-align: justify;">
Hace unos días me desperté con dolor de alma. Un dolor muy particular que no era exactamente la clásica melancolía gris, sino cierta bronca contenida que me transformaba en otra mujer. La bronca en cuestión estaba causada por una circunstancia cuya gravedad era igual a cero, pero mi percepción la convertía en algo terrible. Dolor de alma. Eso sentía exactamente.</div>
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<br /></div>
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"Entonces... ¿Qué hacemos?", me dije a mí misma, tratando de espantar a los manotazos la molesta nube negra que me rodeaba. ¿Me aguanto el dolor o busco un remedio, como cuando me duele la cabeza y me tomo una aspirina?</div>
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<br />
<a name='more'></a><br /></div>
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Decidí esto último pero... ¿Existe un remedio para el dolor de alma? "Por supuesto que existe", me dijo una voz interior. Entonces, me calcé las zapatillas, me colgué la bronca de la espalda y salí a caminar. </div>
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<br /></div>
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Era una mañana luminosa, el aire cálido de mediados de junio, el cielo límpido recortado por las palmeras y sus cabelleras punk, música de pájaros y el olor a mar en la atmósfera azul. Ante tanta belleza no pude sino sentirme agradecida. Recordé entonces una cita de Deepak Chopra: "El pasado es un recuerdo, el futuro es un misterio y el presente es un regalo. Por eso se lo llama 'presente'". </div>
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<br /></div>
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Respiré profundo y agradecí el regalo que Dios ponía ante mí en la bandeja celeste de la mañana. Abrí mi alma ofuscada y comencé a sentir esa presencia invisible y poderosa, que me miraba desde la cara de anciano sabio de las garzas y desde el reflejo del sol sobre el agua. </div>
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<br /></div>
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Y a medida que me llegaba la voz tranquilizadora del Creador, el dolor de alma se disipaba y una paz relajada comenzaba a inundarme. Sin darme cuenta, estaba charlando con Dios y recibiendo su guía divina.</div>
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<br /></div>
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Cuando terminó mi caminata me di cuenta que el remedio había funcionado. Me sentía alegre, afortunada, feliz y liberada. </div>
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<br /></div>
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Y además, ahora puedo recomendar la mejor aspirina para el dolor de alma: un momento a solas en contacto con la Creación, agradecer el "presente" y silenciar tus pensamientos para escuchar la voz de Dios.</div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-36811516683758447532010-06-03T13:24:00.000-07:002014-04-07T05:56:30.255-07:00No juzgar el presente<div style="text-align: justify;">
<br />
"Tomar el presente como viene", dice Depack Chopra en <i>Las siete leyes espirituales del éxito</i>, una de sus obras más reconocidas. "No juzgar la situación actual y aceptarla tal cual es".</div>
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<br />
El fin de semana pasado aproveché un viaje de mi esposo y decidí tomarme una especie de retiro espiritual, en medio del silencio y la calma de nuestra "casita del lago". Apagar computadoras, TV y evitar el teléfono para acallar un poco mi mente, vaciarla de pensamientos y poder entonces escucharme a mí misma. Así fue que me puse a darle vueltas a la premisa del doctor Chopra.</div>
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<a name='more'></a><br /><br />
Reconozco que tengo una tendencia atávica a la queja y a cierta negatividad, algo que viene desde mucho más allá del útero. Con ella he luchado por mucho tiempo y ahora, gracias a Dios y a los tantos libros de autoayuda que me leí, finalmente aprendí a vencer. Pero esto de "aceptar el presente sin juzgarlo" no me lo había siquiera planteado. "¿Cómo podría aplicar esto en el plano de la realidad?", me pregunté.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Y la vida hoy me dio la respuesta, enviándome la primera prueba. Una situación potencial a la que por muchísimo tiempo le tuve un miedo atroz comenzó a dibujarse como una realidad muy posible esta misma mañana. La circunstacia de la que hablo no es grave ni mucho menos, lo grave es mi percepción de ella. Así es que mi primera reacción fue rebelarme, "quejarme", ver primero la parte negativa, imaginarme en medio de una tormenta que todavía no estalló con una pésima sensación al respecto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Pero antes de empezar a despotricar y a sentirme miserable por lo que me espera en el futuro, decidí calmarme. Respirar profundo y acordarme de las palabras del doctor Chopra. "Tomar el presente como viene". Verlo como una oportunidad de aprender algo, de la que -quién sabe-, tal vez resbalen situaciones positivas jamás imaginadas.</div>
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<br />
Entonces decidí hacer este compromiso conmigo misma: "No juzgaré la situación, la enfrentaré tal cual viene, no me quejaré, trataré de ver los aspectos positivos y convertiré los negativos en una chance de aprender".</div>
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<br />
El camino posiblemente no sea fácil como se lee en papel; pero estoy segura que saldré victoriosa. Y, cuando lo haga, me sentiré muy orgullosa de haber evolucionado un escaloncito más en mi crecimiento espiritual.<br />
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Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-87812351128793567202010-04-23T10:49:00.001-07:002014-04-07T05:57:10.273-07:00¡Feliz aniversario!<i>Quiero compartir con ustedes un cuento que escribí hace años. No es otra cosa que honrar la magia de aquellas parejas que, a pesar de los años, aún saben vivir su amor como el primer día. ¡Espero que lo disfruten!</i><br />
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<br />
<div style="text-align: justify;">
Una explosión de luces de colores bañó el escenario y la música se derramó sobre la sala, sensual, mórbida, densa de acordes premiosos. Unos instantes y apareció Fiona Lyon, como una alucinación, en el medio de una sinuosa cortina de humo que ascendía desde el piso. </div>
<div style="text-align: justify;">
Altos tacones sosteniendo unas piernas columnas, una falda mínima en la que el brillo de las lentejuelas competía con el de su personalidad. Su pelo-peluca-llamarada, cascada de rizos rojos volcándose a lo largo de su espalda. Su escote glorioso, desnudando el epicentro de su femineidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
Fiona inclinó su cabeza, humedeció sus labios carmín, pestañeó e inició su baile, un contoneo vertiginoso en el que curvas y huecos comulgaban con la cadencia de la música, con las luces aterciopeladas, con el aire, pleno de erotismo y de deseo.</div>
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<br />
<a name='more'></a><br />
Era la noche de Fiona Lyon.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ella bailaba y yo, sentado en una de las mesas más cercanas al escenario, luchaba con las ansias de recorrer ese cuerpo, de saborearlo, de devorarme la irrealidad de cada movimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero Fiona era el premio mayor que se llevaría algún adinerado señor. Se trataba de una misteriosa bailarina que el night club había contratado esa noche como número estrella, por lo cual mis posibilidades de hacer realidad mi anhelo eran remotas.</div>
<div style="text-align: justify;">
De pronto, pensé en Claudia. Mi dulce Claudia, tan bella como Fiona y a la vez tan diferente. Veía a Fiona contoneándose y no podía aquietar el deseo; y pensaba en Claudia y, sumado al deseo de Fiona, sentía que amaba a mi esposa más que nunca.</div>
<div style="text-align: justify;">
La danza de Fiona se tornó más sensual. La atmósfera se cargaba de sensaciones. Entonces, comenzó a desabotonar su sostén, desde donde un hombro apareció impertinente, suave, precediendo el vértigo del escote, que ahora quedaba expuesto, sostenido por las notas ásperas de un saxo, los vaivenes de ese cuerpo y el silencio conmovido de su público. Me recosté en la visión de los pechos de Fiona, convexos, rotundos, y la imagen me trajo nuevamente a Claudia, a esos otros pechos que me alimentaron de amor durante tantos años.</div>
<div style="text-align: justify;">
El estallido de un aplauso estremecido me quitó de los recuerdos. El público la amaba, la deseaba, bella, única, reina de la noche, mientras Fiona culminaba su danza, desnuda como mis emociones. Entonces, cayó el telón, cubriéndola, nubes apagando el resplandor de la más hermosa de las lunas.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Increíble mujer –comentó un sesentón con aires de millonario, que estaba sentado a mi lado-. Ha de ser muy cara.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Sí. Supongo que sí –respondí, sonriendo.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Mire-, señaló-, allí está el encargado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Le hizo un ademán y el tipo se acercó.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Buenas noches-, saludó-. ¿En qué puedo ayudarles?</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Cuánto cuesta una noche con Fiona Lyon?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Caro –respondió simplemente el hombre.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Lo suponía. Estoy dispuesto a pagar. ¿Cuánto? –insistió.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Diez mil.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sobresaltado, pensé que aquello era más del triple de mi sueldo. El millonario arqueó una ceja y afirmó, contundente:</div>
<div style="text-align: justify;">
-Puedo pagarlos-, en el momento en que una camarera se acercaba al encargado y le susurraba algo en su oído.</div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre pareció sorprendido. Carraspeó, se rascó la cabeza y me miró. Yo no entendía.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Señor –me dijo-, Fiona Lyon pidió verlo. Lo está esperando en su camarín.</div>
<div style="text-align: justify;">
La conmoción y la incredulidad bailaban en mi interior, haciéndome sentir el más estúpido de los sujetos.</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿A mí?</div>
<div style="text-align: justify;">
-Sí, a usted. Sígame por favor.</div>
<div style="text-align: justify;">
Saludé al sesentón, que se había quedado atónito, con su chequera en la mano, y caminé tras el encargado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me dejó en una habitación amplia, con una gran cama con dosel. Una música leve, etérea sonaba de fondo, y por un momento la excitación le dejó paso a un tibio bienestar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Unas manos suaves me taparon los ojos desde atrás.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Adivina quién soy.</div>
<div style="text-align: justify;">
Me di vuelta y allí estaba. Tan diva, tan hermosa...</div>
<div style="text-align: justify;">
-Fiona –susurré, y creí que la síntesis del Universo estaba reunida en el cuerpo perfumado de esa mujer.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces, me besó. Me besó como nadie lo había hecho. Y después del beso, me miró a los ojos, enviándome un mensaje saturado de promesas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero Claudia una vez más se instaló entre nosotros. Fiona lo percibió y se apartó, divertida. Entonces, señaló su corpiño, desde donde asomaba una pequeña tarjeta.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Es para ti. Tómala.</div>
<div style="text-align: justify;">
Con dedos trémulos, hice lo que me pedía.</div>
<div style="text-align: justify;">
La tarjeta era blanca, tenía estampado un beso de lápiz labial y una nota que decía: “Celebrando la magia, por un aniversario inolvidable. Te amo...Claudia.”</div>
<div style="text-align: justify;">
Se quitó la peluca colorada y el acerado pelo negro de Claudia, cayendo sobre sus hombros, me la trajo de regreso.</div>
<div style="text-align: justify;">
Fue una noche arrebatada de emociones, en la que ella y yo vivimos la concreción de aquella anhelada y vieja fantasía de amor.</div>
Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-40555009764728987422010-02-03T11:55:00.000-08:002014-04-07T05:57:42.994-07:00Antes de decir que algo es malo, conócelo<div style="text-align: justify;">
<br />
Sin duda la forma de comunicación ha cambiado en el mundo. </div>
<div style="text-align: justify;">
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Veinte años atrás ni nos imaginábamos que podríamos hablar cara a cara con nuestros padres en el otro lado del mundo a través de una webcam. O que nos encontraríamos con los compañeros de la secundaria después de dos décadas y hablaríamos de cosas tan cotidianas como el clima local o, en mi caso, saber qué fue de las tortas negras de la panadería de Pascale.</div>
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En aquellas épocas, salíamos de casa y nuestros padres no volvían a saber de nosotros hasta que regresábamos, o hasta que se nos ocurría hacer un llamado desde la casa de alguien. Hoy sería impensable que un adolescente salga sin un celular donde localizarlo, por ejemplo.</div>
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Alguien como yo, que vive fuera del país desde hace tanto tiempo, no puede sino bendecir todo lo que la tecnología nos pone a mano para hacernos sentir más cerca de los afectos, de las raíces.</div>
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Sin embargo, la semana pasada me topé con un artículo en la portada de MSN que hablaba sobre los peligros que representan las redes sociales, específicamente, Facebook. Que corres el riesgo de perder tu trabajo si tu jefe entra y ve lo que estás haciendo, que si potenciales delincuentes pueden enterarse de tu estilo de vida, que si estás aplicando para un trabajo, <i>Human Resources</i> tal vez pueda malinterpretar esas fotos del día que tus amigos se emborracharon contigo en la piscina de tu casa, y bla bla bla bla.</div>
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Por otro lado, hay quienes dicen que la forma en que la gente se comunica hoy es mucho más fría, que un mensaje de texto o un email no pueden expresar nunca lo que una conversación cara a cara, que se perdió el contacto.</div>
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Y aquí viene mi reflexión. Es verdad que la redes sociales sí pueden representar un peligro y tal vez la comunicación online no reemplaza a un buen café en la casa de tu amiga. Pero también es verdad que la mayoría de las veces las cosas buenas terminan siendo malas por usarlas en forma indebida. </div>
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En el caso de Facebook, la gente ve sólo lo que tú quieras que vean, y te ven y leen sólo las personas que tú escojas. Para los que dicen que se exponen, fíjense primero en la configuración y verán que pueden decidir exactamente quién sí y quién no. Luego, cuídate de revelar bochornosos detalles de tu vida o alardear de tu situación financiera. </div>
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En cuanto a la supuesta frialdad de la comunicación online, en su defensa tengo para decir que gracias a ella puedo tomar mates virtuales con mi amiga Florencia desde hace años. Las dos sabemos exactamente lo que nos pasa ahora mismo y nos sentimos que estamos a sólo una cuadra, como cuando éramos chicas, a pesar que hace más de diez años que no nos tomamos juntas un mate real (ya llega, Flor, ya llega).</div>
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Facebook me dio la posibilidad de encontrarme con muchísima gente querida de mi pueblo, saber cómo están ahora, qué hacen, conocer a sus hijos y reírnos de la moda de los 80 con las chicas de la secundaria. Y ni hablar de las charlas diarias, cara a cara con mi familia gracias a la magia de la webcam. ¡Todo esto hubiese sido impensable hace unos años!</div>
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Para no hacerla más larga, termino con un consejo. Antes de decir que algo es malo, conócelo. Después, úsalo bien. </div>
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Por mi parte, celebro el modo en que la ciencia y los avances hacen nuestra vida más fácil y amena, y bendigo cada uno de estos milagros tecnológicos que me ayudaron a acercarme a tanta, tantísima gente querida.</div>
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Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-52245959579882502612009-10-19T20:00:00.000-07:002014-04-07T05:57:56.766-07:00¿Dónde reside la verdadera belleza?Siempre estuve de acuerdo con los nuevos recursos para vernos más bellas, desde las recetas caseras de la abuela hasta los productos y tratamientos de última generación para la piel, el cabello, el acné, la celulitis, las líneas de expresión, el vello indeseado, etc. etc. etc.<br />
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Al margen de sus resultados (en algunos casos muy subjetivos), todo lo que hagamos para vernos espléndidas nos ayuda a sentirnos bien viviendo dentro de nuestro cuerpo. Prodigarnos una larga sesión de belleza no es otra cosa que querernos a nosotras mismas. Y ese bienestar se proyecta hacia todos los ámbitos de nuestra vida. Como dice Rhonda Byrne en El Secreto, “la llave que abre todas las puertas es sentirse bien”.<br />
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Dicho esto, me adentro en territorios escabrosos. Hacerse una que otra cirugía plástica en el momento justo o recurrir a una pequeña ayudita del bisturí… ¿Por qué no, si esto nos ayuda a construir una imagen aún más positiva de nosotras mismas? Si este es el empujoncito que necesitamos para sentirnos un poco más seguras, o un poco más bellas, un poco más exitosas, un poco más sexy. Si nos hace bien… ¡Pues adelante!<br />
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Pero como todo tiene su contra cara, recurro a lo que mi suegra solía decirle a mi marido cuando era niño: “lo poco agrada, lo mucho enfada”. Hay ciertos casos en los que las cirugías plásticas van mucho más allá de una pequeña ayudita a nuestra autoestima y se convierten en una adicción incontrolable que, lejos de hacernos sentir bellas, nos vuelve víctimas de sus efectos, algunas veces, devastadores.<br />
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Hace un par de semanas un programa de TV en Telefé Internacional mostraba a una modelo que hizo furor en la Argentina de los años ochenta. Yo la recordaba bella, sexy, curvilínea, un poco frágil y aniñada. Ahora, veinte años después, nuestra modelo era una grotesca caricatura de sí misma cuando era joven.<br />
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Unos labios desmesurados apenas podían moverse en una cara deformada por las sucesivas operaciones y estiramientos. Una cintura fajada por unas prendas ajustadísimas pedía a gritos ser liberada y rebosaba excesos desde el escote, los breteles del vestido, el borde del cinturón y el ruedo de la mini-falda. Una nariz inexistente y unos pómulos prominentes enmarcaban unos ojos excesivamente abiertos en una permanente expresión de asombro. La pantalla me mostraba una imagen deformada y caricaturizada de quien alguna vez le sacara tantos suspiros y quién sabe qué más a tantos argentinos. Era una mujer de cincuenta años intentando desesperadamente parecerse a una chica de veinte. El resultado, a mi modo de ver, era exactamente lo opuesto.<br />
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No quiero hacer un juicio de valor acerca de aquellas personas que, como esta modelo, recurren a las cirugías extremas para mitigar el temido paso de los años. Más bien, esto me lleva a una reflexión: ¿A dónde reside la verdadera belleza?<br />
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Desde mi punto de vista, y después de admirar la belleza madura de mujeres como Diane Keaton, Helen Mirren o Brooke Shields, unas arrugas bien puestas en el lugar justo pueden ser el toque de sabiduría que nos hace sexy e interesantes. Unos kilitos de más llevados con seguridad pueden ser una inesperada bomba de sensualidad. Un diálogo inteligente, con ingredientes de buenas vivencias, de libros leídos, de viajes realizados, de música escuchada, de lecciones aprendidas, quizás sean más cautivantes que un escote pronunciado o unas piernas torneadas. Una sonrisa franca y cabal, una espalda erguida, una actitud abierta, una mirada diáfana a los ojos de tu interlocutor, un comentario certero y una buena carcajada son incuestionables armas a la hora de cautivar. Y por seguro que no se adquieren en el quirófano de un cirujano plástico, sino a través de todo lo que aprendimos a través de los años.<br />
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Llevar con dignidad el paso del tiempo, con ayudita de la ciencia y todo, puede ser el más potente de los afrodisíacos. Mirarnos al espejo y ver esas marcas de tiempo sin duda nos recuerda que lo que vivimos no fue en vano.<br />
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Allí están todas y cada una de las experiencias acuñadas, los abrazos y los besos que dimos y recibimos, las historias que nos contaron y que dejaron huella, los hijos que tuvimos o los que no tuvimos, las despedidas, los reencuentros, los tragos amargos y los dulces, los errores y los aciertos, las idas y venidas… nuestra propia esencia. Allí, en esa arruga o en esa cana, vive aquello que nos vuelve esencialmente hermosas para el mundo, pero por sobre todas las cosas, para nosotras mismas.Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-41927821359396472009-10-07T15:46:00.000-07:002012-11-05T06:46:16.068-08:00El delantal de CarlitosUnos ojos buenos en una cara de abuelo adorable es lo poco que recuerdo de la fisonomía de Carlitos. Recuerdo mucho más de su interior, vasto y rico, un alma sibarita y una vida muy bien vivida.<br />
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Lo vi una sola vez, yo estrenando mi vida con el Negro en un ínfimo departamentito de The Roads, la noche que vino a cenar un improvisado pollo a la aceituna con su esposa Angelita, hace más de ocho años atrás.<br />
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Carlitos y yo nos apartamos del resto a hablar de mi libro recién publicado, de Literatura, de mis proyectos, de su propia historia, de su amor por la cocina y sus hábitos gourmet. Recuerdo una charla tibia y una confortable sensación de haber conocido esa alma mansa muchísimo tiempo atrás. <br />
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A las pocas semanas nos mudamos al que fuera su departamento de vacaciones en Key Biscayne. Carlitos y Angelita habían decidido regresar a Buenos Aires. Allí, fui conociéndolo a través de los muebles y objetos que nos dejó en el departamento. Un gran escritorio negro, unas sillas de director forradas en lona cruda que aún viven en el living de mi casa actual, una caja llena de libros, frascos de conservas gourmet y lo que más me llamó la atención, un delantal blanco y una gorra de chef.<br />
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El Negro me contó acerca de las cenas apoteósicas que preparaba Carlitos, del cuidado en la selección de los ingredientes, del amor que vertía como un condimento más en cada cacerola y del sabor inigualable de sus creaciones. Yo me lo imaginaba en esa misma cocina en la que yo daba mis primeros pasos ensayando una y otra receta, tal vez con el mismo amor que Carlitos, pero con muchísima menos habilidad.<br />
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Al poco tiempo, nos enteramos que Carlitos había fallecido en Buenos Aires. A pesar de haberlo visto sólo una vez, la noticia llenó mi espíritu de una bruma gris. Un luto discreto y sereno flotó en el aire de mi cocina, refugiándose en los frascos vacíos del estante, aquellos que antes habían albergado las especias y condimentos de Carlitos.<br />
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Una noche, preparando una cena de San Valentín, me encontré con su delantal blanco y el imponente gorro de cocinero en un cajón. Los saqué, los desdoblé y los estudié como si fueran una especie de reliquia. Vacilante, con el miedo de quien duda ante un acto sacrílego, me colgué el delantal y ajusté con una horquilla el sombrero demasiado grande para mi cabeza.<br />
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No sé qué clase de magia explotó en la cocina, pero desde las ollas comenzaron a escaparse vapores embriagadores, los ingredientes de los platos se mezclaron en una alquimia inexplicable y yo me creí flotar extrañamente en un universo de cacerolas y cucharones, que manejaba con una maestría inusual. Sentí a Carlitos muy cerca, cocinando conmigo esos platos que no tuve la oportunidad de probar, poniendo más sal aquí, un toque de pimienta allá, un poco menos de fuego en esa salsa y un toquecito de aceite de oliva en estas espinacas.<br />
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Carlitos, si me escuchas desde donde estés, quiero decirte que cada vez que cocino para una ocasión especial, tu delantal y tu sombrero me acompañan y me inspiran a preparar la más deliciosa de las cenas. Y fluyo entre vapores y sabores con la misma pasión y el mismo amor que vos ponías al preparar las tuyas.<br />
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Me hubiese encantado probar tus recetas, pero sé que cada vez que cocino con tu delantal, una pizquita de tu sazón se cuela entre mis cacerolas, y hace que los platos salgan increíblemente deliciosos para una cocinera improvisada y amateur, cuyo único secreto no es otro que amar entrañablemente la cocina y el buen comer… Como vos.Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1642408661863364449.post-47003306935365139332009-10-01T14:12:00.000-07:002012-01-17T14:19:33.575-08:00¿Qué sientes cuando haces algo que te apasiona?<span style="font-family:trebuchet ms;">Hace un tiempo me propuse hacer un ejercicio y revaluar mis prioridades, y esta vez me dije, "voy a pensar en mí misma" . Porque, como toda mujer en su media vida, tiendo a dejarme siempre para lo último. Si hay alguna mujer en la sala, seguramente le resulte conocido y sepa de qué les hablo… ¿Me equivoco?<br />
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Este fin de semana hice una pausa en mi ecléctica vida y me puse a releer viejos ensayos, prosas y cuentos, de cuando “tenía tiempo para escribir”. Entonces, me pregunté… ¿A dónde se quedaron aquellos días, en los que las musas venían a mí y yo siempre tenía un espacio para vaciar mi alma en un papel? ¿Por qué dejé de escribir, si es lo que verdaderamente me apasiona hacer?<br />
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Me puse a pensar en todo lo que me pierdo cada vez que ignoro a una musa porque hay algo mucho más urgente que hacer. Preparé entonces una lista de las razones por las cuales me apasiona escribir y, después de leerla varias veces, me di cuenta que hay cosas en la vida que, simplemente, no pueden esperar.<br />
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Es muy personal pero igual quiero compartirla, si se quiere a modo de inspiración, para animar a todos a que se pregunten qué sienten cuando hacen algo que los apasiona, desde cocinar, pintar, escribir, hacer un deporte…<br />
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Aquí va mi lista.<br />
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¿Qué es exactamente lo que siento cuando escribo?<br />
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- Que me doy vuelta como un calcetín, descargando mis emociones una por una.<br />
- Que desde el centro de mi pecho se abre un túnel que se eleva y se eleva, a través del cual mi alma puede trepar hacia Dios<br />
- Que mi pluma se mueve sola, que el universo se expresa a través de mí.<br />
- Que soy yo al desnudo. Vero sin artificios. Vero la del pueblo, la niña de las colitas rubias que soñaba con dedicar un libro a su mamá. Vero sin el tedio de la rutina. Vero sin el disfraz de nada. Vero sin el grillete de la obligación. Sólo yo… Y esta pasión vehemente que no me abandona.<br />
- Que esto es lo que soy en realidad: una mujer que escribe.<br />
- Que la pasión me inunda, me anega cada poro, me corre bajo la piel.<br />
- A veces me duele. Es como un dolor de parto, intenso y desgarrador, pero un dolor que da vida y que, tras padecerlo, produce una infinita felicidad.<br />
- Que estoy en paz<br />
- Que honro mi esencia<br />
- Que estoy viva<br />
- Que soy feliz estando viva<br />
- Que mi vida tiene una razón y muchas respuestas<br />
- Que no me quiero morir sin haber escrito mucho más<br />
- Que vibro<br />
- Que exploto<br />
- Y por millonésima vez… ¡Que estoy viva!<br />
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Después de releer la lista y darme cuenta cuántas sensaciones no experimento cuando no escribo, me dije, “voy a empezar a escribir un blog”. Por lo cual… ¡Heme aquí!<br />
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Esa fue mi lista… ¿Quieren compartir la de ustedes?<br />
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¡Un abrazo y hasta la próxima!<br />
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Vero<br />
</span>Verohttp://www.blogger.com/profile/15429365189487024858noreply@blogger.com3